

Durante 17 años, hemos sido testigos de la adversidad, pero jamás hemos permitido que nos defina. Nuestro compromiso con la causa, esa llama que arde en nuestros corazones, permanece inquebrantable. Hemos sido faros de esperanza, transformando vidas y dejando una huella imborrable.
Sin embargo, un desafío sin precedentes se cierne sobre nosotros. La política exterior ha cambiado, y con ella, un recorte abrupto del 44% en nuestra financiación, en particular de la financiacion de recursos provenientes del gobierno de EEUU. Esta prueba, aunque ardua, no nos doblegará. Nos impulsa a ser más resilientes, más ingeniosos, más unidos y llamar a la solidaridad.
Ahora, más que nunca, tu donación es un acto de valentía, un grito de esperanza, un llamado a la acción. Cada contribución, por pequeña que sea, es un ladrillo en la construcción de un futuro más justo. Juntos, podemos desafiar la adversidad, encender la chispa de la solidaridad y demostrar que la compasión es la fuerza más poderosa del universo.
¡Únete a nosotros!
