
Donde vuelve el monte, vuelve el agua, la sombra y la fauna.
El bosque nativo es la esponja que sostiene nacientes, suelos y biodiversidad. Cuando retrocede por tala, incendios o degradación, el territorio se empobrece. Restaurar no es “plantar por plantar”: es planificar, producir diversidad, cuidar y monitorear.
En ese proceso, la yerba mate es emblema cultural y ecológico: donde se recupera su hábitat, también se recupera la memoria de nuestra tierra.
En AMBÁ recolectamos semillas locales con buenas prácticas, producimos plantines en vivero, realizamos plantaciones participativas y hacemos seguimiento de supervivencia para asegurar que cada árbol cuente. Damos foco a la yerba mate silvestre: fortalecemos sus poblaciones, protegemos su entorno y difundimos su valor en escuelas y comunidades.
Con tu donación sostenés viveros, herramientas, riego y jornadas de plantación y cuidado.
Cada plantín bien atendido hoy es agua y vida mañana; cada yerba mate que vuelve a brotar, cultura y encuentro que perduran.
Sumate hoy y devolvamos juntos el verde a la cuenca.